Aunque los esports siguen creciendo en popularidad y alcance global, los costes económicos de mantener ligas profesionales parecen estar pasando factura a incluso las ligas más emblemáticas. En los últimos meses, han salido a la luz informes que revelan graves pérdidas financieras en la LEC (League of Legends EMEA Championship) y la LCK (League of Legends Champions Korea), dos de las competiciones más importantes del ecosistema de League of Legends.
La LEC: un agujero financiero desde 2023
Según datos publicados por Sheep Esports, la LEC ha registrado más de 53 millones de euros en pérdidas desde 2023. Esta cifra refleja un modelo costoso y una inversión sostenida por parte de Riot Games, que no ha conseguido equilibrar ingresos y gastos, a pesar de contar con una audiencia sólida y presencia internacional.
El formato de liga franquiciada —introducido en 2019— prometía estabilidad económica y una mejor experiencia tanto para equipos como para aficionados. Sin embargo, estos datos apuntan a que los retornos económicos no están cumpliendo las expectativas, especialmente en un mercado europeo más cauteloso con la inversión en esports.
La LCK tampoco escapa de la crisis
Corea del Sur, considerada por muchos la cuna del competitivo de LoL, también sufre el golpe económico. La LCK ha acumulado unas pérdidas de 42.7 mil millones de wones surcoreanos, aproximadamente 26 millones de euros, durante los últimos tres años.
A pesar de tener una de las audiencias más leales y un ecosistema competitivo consolidado, el modelo actual parece no ser sostenible. El problema parece estar en una mezcla de altos costes operativos, poca rentabilidad comercial directa y dependencia del modelo gratuito de emisión que limita el ingreso directo por retransmisión.
¿Por qué están perdiendo dinero estas grandes ligas?
Entre los factores que explican esta situación, destacan:
- Elevadas inversiones de Riot Games para mantener la calidad del producto.
- Modelo de retransmisión gratuito, sin suscripciones ni pay-per-view.
- Caché creciente de jugadores y equipos, con salarios competitivos.
- Alta competencia en el mercado global, lo que obliga a invertir más en visibilidad.
- Falta de retorno inmediato en patrocinios, especialmente tras la pandemia.
Riot Games busca nuevos aliados e inversión externa
Ante este panorama, Riot Games ha comenzado a explorar nuevas fuentes de financiación, recurriendo a plataformas como Coinbase y a organizaciones con fuerte presencia económica como la Esports World Cup, impulsada desde Arabia Saudita.
La idea es inyectar capital al ecosistema mediante nuevas alianzas estratégicas, torneos internacionales y la diversificación de ingresos, más allá del clásico modelo de retransmisión y patrocinio.
¿Una crisis o una fase de ajuste?
Aunque las cifras pueden parecer alarmantes, expertos del sector comparan este déficit con el de otras industrias de entretenimiento, como el cine o el fútbol profesional, donde las pérdidas iniciales se consideran parte del proceso de consolidación.
Detalles clave de la situación:
- La LEC ha perdido +53M € desde 2023
- La LCK acumula -26M € en tres años
- Riot apuesta por nuevos inversores: Esports World Cup, Coinbase, etc.
- El modelo de ligas franquiciadas está siendo reevaluado
- El modelo gratuito de emisión limita la rentabilidad directa
Un futuro poco claro para los Esports
La LEC y la LCK atraviesan una etapa de grandes desafíos financieros que ponen en entredicho la sostenibilidad del modelo competitivo actual. Sin embargo, Riot Games parece tener claro que este es un momento de reinversión y reinvención, apostando por alianzas estratégicas y nuevos formatos para garantizar que el competitivo de League of Legends no solo sobreviva, sino que evolucione.