Debido a todo el contenido lanzado en vísperas de El Ascenso de los Centinelas, mucha gente terminó confundida respecto a cómo fue realmente la relación entre Viego e Isolde.
Pero resulta que, en Ruination, tenemos una respuesta de primera mano por parte de la fallecida reina.
Tabla de contenido
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Cómo sabemos, Viego no estaba previsto a ser rey, fue la muerte de su padre y el hecho de que su hermano muriera ante la prueba de Santidad (ahora conocida como La Espada del Rey Arruinado) lo que lo llevó al trono.
Las expectativas puestas sobre el hijo del aclamado “León de Camavor” eran aplastantes, pero en eso, se encontró con Isolde, una joven y hermosa costurera que lo veía por el rey que era, en lugar de compararlo con su predecesor.
Viego se enamoró de la joven y decidió casarse con ella pese a ser una plebeya.
¿Y cómo fue está historia desde la perspectiva de Isolde?
La verdad es que ella no quería ser reina.
Ella era feliz como costurera y con la vida simple y tranquila de una plebeya, pero reconoció que podría hacer más por su pueblo si se volvía reina ¿Que tantos nobles serían capaces de entender tan bien los problemas de sus súbditos e interesarse en estos?
Fue esta lógica lo que la llevó a aceptar el matrimonio (aunque es cierto que el romanticismo de Viego también ayudó), durante un tiempo, dio su consejo al rey, convenciendo de mejorar la calidad de vida de los plebeyos.
Durante ese tiempo, el amor y cariño entre ambos se expresó de formas inocentes y puras.
Pero no se mantuvo así…
Toda Flor se Marchita
Conforme se extendió el reinado de Viego, Isolde fue perdiendo influencia, su consejo caía en oídos sordos. Las expectativas de Viego empezaron a pesar más sobre Isolde, aunque aún admiraba su belleza, no era raro que empezara a ignorarla cuando esta se salia de lo que esperaba.
Incluso llegó a exigirle estar a la altura de su título como reina.
Y como sabemos, las cosas sólo empeorarían…
Al Filo de la Muerte
Llegó el fatídico día del atentado, fueron dos asesinos, dos cuchillos.
Kalista logró salvar a Viego interceptando con su lanza uno de los cuchillos, pero el otro alcanzó a la reina, hiriendola y maldiciendola.
(Hasta el momento, desconocemos quién orquestó este ataque y de donde salió tal magia que maldijo a la reina y tanto recuerda a la Niebla Negra. Los dos asesinos fueron ejecutados por la mano rápida de Kalista y la furia vengativa de Viego respectivamente antes de siquiera poder interrogarlos)
El rey se obsesionó con mantenerla viva, busco y busco soluciones arcanas que pudieran perpetuar la vida de su amada (de hecho, si no me falla la memoria, la búsqueda de esta clase de reliquias y poderes que permitan eludir a la muerte empezó desde antes del atentado)
Isolde, postrada en su cama, no podía hacer más que observar cómo la persona que una vez amó se consumía en locura y desesperación, luchando contra lo inevitable.
Ella ya había aceptado su destino, y se lo hizo saber, pero Viego nuevamente se negó a escuchar, abandonó sus responsabilidades como rey y mandó a Kalista a buscar desesperadamente su propio milagro con el que alejar a la reina de las garras de la muerte.
Isolde murió.
El rey se encerró con ella en su recamara.
Las Órdenes de Caballería campaban a sus anchas, libres de todo decreto o ley.
El reino de Camavor cayó en la anarquía total.
Y Viego aún esperaba un milagro…
La Ruina
Lo que viene a continuación es la historia más contada de Riot, como Viego, en su locura, causó la ruina de dos reinos y condenó a Runaterra a sufrir la maldición de la Niebla Negra.
Pero poco se habla de la perspectiva de Isolde.
Convertida en una aberración que peca contra la vida misma.
Con furia le reclamó a Viego que ella ya no sufría, estaba en paz, sus ancestros la recibieron en el más allá, y aún así él vino a sacarla del cálido y confortable abrazo lanudo del olvido para arrastrarla a una condenada y maldita existencia de dolor y sufrimiento.
Pero su lamento, su dolor, cayeron en oídos sordos, pues Viego solo pensaba en volver juntos a casa.
Resentida por este crimen, tomó la espada del rey y la incrustó en su pecho, clavandolo a las aguas bendecidas.
El último clavo en el ataúd de Helia y Camavor…
Conclusión
Es una historia larga y compleja, tanto que si solo se ven fragmentos, es confusa, pero gracias a que Isolde escribió todas estas vivencias y encomendó estos textos a Kalista, es que hoy sabemos la verdad.
Lo cierto es que Isolde SI amo a Viego hasta su último aliento, por eso le dolió tanto verlo caer en la locura, incluso si ya desde hace tiempo dejó de ser el encantador y romántico joven del que se enamoró.
Articulo por Zombie Cesar.